Se prevé que la escasez de agua potable se convierta en un grave problema para la producción de hormigón en diversas regiones del mundo, dado que la industria de la construcción es actualmente responsable de alrededor del 30% del consumo mundial de agua dulce. En consecuencia, la gestión de las aguas residuales y su potencial para paliar la escasez de agua y mejorar al mismo tiempo la sostenibilidad del hormigón deben ser objeto de una mayor consideración en la investigación científica y en la aplicación práctica. En general, los estudios disponibles indican que el agua no potable, como las aguas residuales domésticas tratadas, es adecuada para la producción de hormigón de alta calidad.
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Hans Beushausen y Joanitta Ndawula, Departamento de Ingeniería Civil, Universidad de Ciudad del Cabo, Sudáfrica