El uso del hormigón reforzado con fibras ha sido aceptado en un amplio rango de aplicaciones estructurales. Hasta la fecha, existe basta investigación en relación con su comportamiento mecánico (considerando incluso temperaturas elevadas), durabilidad y aspectos de diseño. Sin embargo, hay datos limitados en relación con su respuesta a bajas temperaturas. Es sabido que el hormigón (y el acero) pueden sufrir procesos de fragilización a bajas temperaturas y, por tanto, la ductilidad de la estructura puede verse comprometida. Si bien, los primeros resultados obtenidos en hormigones reforzados con fibras poliméricas llevados a cabo en la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC, BarcelonaTech) prueban que la resistencia pre- y post-fisuración augmenta con la reducción de la temperatura. Este resultado es de especial interés para aplicaciones, por ejemplo, en pavimentos industriales (externos sujetos a condiciones severas de temperatura en invierno), y otras tipologías estructurales.
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