… sostenible de última generación El origen de un material de construcción como el hormigón sigue siendo indiscutible y depende en gran medida de cómo se define el término "hormigón". En la Antigüedad se fabricaban materiales de construcción "similares al hormigón" a partir de yeso o piedra caliza triturados y calcinados. A lo largo de varios miles de años, estos materiales se mejoraron y se mezclaron con otros, hasta que se obtuvo ese hormigón que nuestra sociedad moderna conoce como el más versátil de todos los materiales de construcción. Las ventajas del material se difundieron rápidamente, al igual que sus inconvenientes y limitaciones. Por ello se realizaron notables esfuerzos de investigación para mejorar las características y para superar o minimizar las limitaciones de este material de construcción. Con la demanda de crecimiento exponencial del hormigón, su balance ecológico también se situó en el centro de atención, ya que – a pesar de que en comparación es mejor que el de otros materiales de construcción–, a la vista de las enormes cantidades de producción, supone un notable impacto para el medioambiente. Los hormigones modernos se pueden diseñar de forma individual prácticamente para cualquier fin imaginable, por ejemplo para su uso en condiciones ambientales extremas o con respecto al cumplimiento de directivas estrictas y sin embargo muy a menudo son muy sencillos en cuanto a su aplicación y su fabricación desde hace décadas. Mediante los rápidos avances en todas las áreas tecnológicas, el hormigón cumple todos los requisitos para convertirse en una solución sostenible de última generación para la industria de la construcción.
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