La calidad determinante del hormigón se calcula normalmente en base a la resistencia a la compresión. La clasificación en clases, especificaciones, requisitos y valores que deben cumplirse para el hormigón generalmente se basan en la resistencia a la compresión tras 28 días. Los sistemas de aseguramiento de calidad asumen que la resistencia a la compresión tras 28 días permanece igual, con una dispersión aceptable, la llamada desviación estándar, si la calidad y la cantidad de los componentes del hormigón no difieren en los diferentes lotes. Esto es válido si todos los valores anteriores son conocidos y han sido medidos de forma fiable. Sin embargo, si no se conocen y solo representan una suposición, los cambios en la calidad del hormigón pueden pasar desapercibidos hasta que los valores de resistencia estén disponibles. Es decir que pueden pasar 7 o incluso 28 días hasta que se constata que la calidad del hormigón se ve afectada negativamente. La prueba del valor de rendimiento del hormigón puede ayudar a estimar algunos de los problemas de las mezclas de hormigón fresco; otros ensayos e indicadores habituales del hormigón fresco pueden no ser apropiados en este sentido.
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