El tratamiento eficiente de la energía constituye un requisito fundamental para el desarrollo sostenible de nuestra industria. Esto quiere decir que no solo se trata de aplicar objetivos políticos relativos a la protección del medio ambiente y el clima, sino también de la competitividad económica de las empresas. Lo que es más asombroso es que actualmente aún se tengan que asumir pérdidas de energía en los procesos de fabricación como un mal necesario en una producción de alta calidad. En líneas generales, con el término "eficiencia" se entiende la relación entre beneficios y rendimiento. La eficiencia energética en la producción resulta de la relación entre los resultados de la produc- ción (beneficio) y la energía que se utiliza para lograr el resultado (rendimiento). Para un aumento de la eficiencia energética sin influir en el resultado de la producción se debe minimizar el consumo de energía. Un primer paso fundamental para ello es el cálculo del consumo energético del momento y a continuación la búsqueda de pérdidas de energía evitables y de potenciales de optimización. Aquí es importan- te la siguiente idea fundamental: la aplicación de medidas adecuadas para aumentar la eficiencia energética en la producción solamente puede estar impulsada, en definitiva, por los actores de la empresa. Se pueden mencionar tres factores determinantes: motivación, compe- tencia y condiciones marco organizativas adecuadas. Alice Becke, Fachvereinigung Deutscher Betonfertigteilbau e.V., 53179 Bonn, Alemania
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